Esquemas sociales

Nuestra mente necesita darle sentido a cada estimulo que nos rodea y para poder hacer esto, almacena la información y la categoriza en esquemas mentales como si fuese una biblioteca donde se guardan libros etiquetados por secciones o un ordenador con millones de carpetas organizadas.

Un esquema según Fiske y Taylor (2017) se puede definir como una estructura cognitiva independiente que representa el conocimiento abstracto que tenemos acerca de un grupo de estímulos, que consideramos que tienen algo en común y que incluye sus atributos y las relaciones que se establecen entre ellos. Es decir, es una estructura cognitiva que presenta de manera organizada el conocimiento acerca de un determinado concepto, situación o estimulo y que sirve de modo almacenamiento de la información.

Por ejemplo, tenemos esquemas sobre las personas con las que nos relacionamos, piensa en un conductor del autobús, una enfermera, un médico, un camarero, un abuelo o un niño, seguramente ya sabes cómo definirlos; o piensa en algunas nacionalidades como estadounidense, español, francés, venezolano, argentino… y también sabes como definirlos. Pues estos son esquemas que hemos ido creando y son a los que recurrimos cuando interactuamos con una persona, un grupo o cuando estamos en alguna situación concreta.

Los esquemas son útiles ya que nos ayudan en ciertas situaciones donde desconocemos el sistema o desconocemos cómo deberíamos comportarnos, estos esquemas nos dan cierta idea de cómo proceder, hasta que obtengamos información adicional. Sin embargo, a menudo nos llevan a modos de etiquetado o pensamientos inconscientes sobre estos grupos o personas, llegando a la complementariedad de los esquemas, es por eso que cuando pensamos que una persona es educada, será también bondadosa y correcta. Por este motivo es tan fácil caer en el mundo del prejuicio o de los estereotipos; la teoría de roles de identidad, proviene precisamente de nuestra tendencia natural a organizar la información que nos rodea en esquemas sociales.

En Psicología Social se han estudiado principalmente los siguientes tipos de esquemas:

  • Esquemas de personas y grupos: es el conocimiento que almacenamos sobre individuos específicos o grupos, por lo que ciertos rasgos y comportamientos están unidos a ellos, de forma que los individuos o grupos que muestran ese conjunto de rasgos o esa serie de comportamientos representan un tipo que activa un esquema correspondiente; el ejemplo más claro con los estereotipos.
  • Esquemas del yo: se refiere a estructuras donde guardamos información sobre nosotros mismos. Este esquema es más complejo ya que disponemos de un elevado conocimiento de nuestras destrezas, habilidades, logros, fracasos y preferencias. Es natural que dedicamos mucho tiempo y esfuerzo en pensar en nosotros mismos, por lo que disponemos de un amplio conocimiento de cómo nos comportamos y respondemos a diversas situaciones; cada persona posee múltiples auto-esquemas.
  • Esquema de roles: es la información almacenada sobre cómo son y cómo se comportan las personas que ocupan un determinado rol en el grupo o en la sociedad. Este tipo de esquemas nos permite comprender sobre las acciones asociadas a esos roles y por lo tanto, saber cómo debemos interactuar con ellos.
  • Esquemas de sucesos o guiones de acción (scripts): se trata de información almacenada sobre secuencias típicas de acciones en situaciones concretas. Esta secuencia de sucesos ocurre frecuentemente en un contexto o cultura determinada, indican lo que se espera que ocurra ante una determinada situación. 
  • Esquemas abstractos en resolución de problemas: Se trata de esquemas genéricos, libres de contenido concreto, sobre procedimientos útiles para solucionar problemas.
Nuestra mente crea estos esquemas para organizar nuestro mundo social, por lo tanto, están formados por nuestra interpretación del mismo. 

Te preguntaras entonces, ¿Qué esquemas Utilizamos?

Los esquemas se activan de forma espontánea cuando nos encontramos con un estímulo relacionado con ellos. Por ello, la activación de un tipo u otro de esquema viene determinada por la accesibilidad y grado en la que los conceptos y esquemas están disponibles en nuestra memoria.

La mayor accesibilidad a los esquemas puede venir determinada por la experiencia pasada, los objetivos, metas y la cercanía temporal o priming:

  • Experiencias pasadas: una de las finalidades de los esquemas es cubrir las lagunas cognitivas que podamos tener, logramos cubrirlas mayormente gracias a las experiencias previas que tenemos almacenadas en nuestra mente más que con la información concreta que nos llega.
  • Los objetivos y metas personales: hacen que se activen o inhiban determinados esquemas. Por ejemplo, en una reunión social, en la que la mayoría de las personas muestran actitudes positivas hacia un grupo concreto y queremos encajar en la conversación, evitaremos utilizar los esquemas negativos que podamos tener y nos mostraremos como una persona sin prejuicios.
  • Cercanía temporal o priming: se define como la activación o disponibilidad de información en la memoria como resultado de la exposición a eventos o estímulos específicos. Esto facilita que se vuelva a aplicar ese esquema para interpretar nuevos estímulos, incluso en contextos no relacionados directamente con ese esquema.
  • Unpriming: es el proceso por el que los pensamientos o acciones principales de una experiencia reciente se eliminan una vez que se expresan. Por lo que, sería lo contrario al priming, es decir que se pueden desactivar esas asociaciones una vez formadas
Estos esquemas son fruto de nuestro aprendizaje, experiencia y creencias que se crean a partir de nuestras relaciones sociales, por lo que son beneficiosos (siempre y cuando no creemos perjuicios) ya que nos ayudan a almacenar la información relevante de manera automática y,  por lo tanto, nos sirven como punto de inicio para afrontar determinadas situaciones. 

Comentarios

  1. Me encanto este tema, está súper interesante, ya esperando el próximo !!!

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