Procesos de atribución

Los procesos de atribución están estrechamente relacionados con la percepción de las personas y miembros de grupos. Estos procesos constituyen una de las áreas que forman la cognición social.

Pero, ¿Qué es exactamente una atribución?

Pues no es más la explicación que elaboramos sobre las causas de la conducta de los demás y de uno mismo. Esa explicación nos ayuda a dar sentido, manejar y predecir el mundo social que nos rodea.

Piensa cuantas veces al día se nos presentan nuevos acontecimientos en la que nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Por qué? Para superar el conflicto interno, se pone en marcha el proceso de atribución causal en el que tratamos de hallar la respuesta a esa pregunta.

En los procesos atributivos la causa es inferida, es decir, no es directamente observable. Estos procesos se centran en fenómenos cotidianos y psicológicos más que físicos, a los que las personas dan explicaciones ingenuas o de sentido común.

¿Cuándo se produce el proceso de atribución causal?

Nosotros percibimos el mundo en términos de causas y efectos, pero ¿Cuándo hacemos atribuciones? ¿Es un proceso espontáneo ó ocurre en determinadas circunstancias? Este es uno de los aspectos más debatidos por los investigadores de la atribución; los estudios realizados al respecto muestran que se produce un análisis espontaneo de los acontecimientos y, además, los individuos no son conscientes de su intención de realizar atribuciones, ni siquiera se dan cuenta de haber hecho una inferencia causal (supone añadir, inferir o deducir algo, que de hecho no está en los datos de conducta observados).

Sin embargo, esto no ocurre en todas las situaciones, por ejemplo, no nos planteamos por qué una persona espera en la cola del autobús o por qué una persona va al supermercado.  Es por ello, que se ha demostrado que en determinadas situaciones existe una mayor probabilidad de que nos embarquemos en un proceso atributivo, estas situaciones pueden ser:

• Ante acontecimientos inesperados: o que desvían el curso normal de la acción, como cuando nuestro mejor amigo nos niega ayuda o cuando un tratamiento médico empeora nuestra salud.
• Con objetivos no logrados: Fosterling (2001) explica que, cuando nos topamos con un acontecimiento que es inesperado, si encontramos una explicación que nos permita mantener nuestras teorías ingenuas previas, el proceso puede automatizarse y estas teorías guiarán nuestro comportamiento sin que nos demos cuenta. Sin embargo, si esto no ocurre y el hecho no encaja en nuestros esquemas previos, necesitaremos revisar nuestras teorías iniciando una búsqueda voluntaria que dé respuesta a la ocurrencia del acontecimiento
• Ante fallos o fracasos, pero cuando estos son comparados con los éxitos: en un trabajo realizado por Nouvilas (2003), se encontró que los pacientes que incumplían el tratamiento médico hacían más atribuciones de su comportamiento que los enfermos que lo cumplían. En este sentido, se buscan explicaciones de los acontecimientos negativos, como ocurre con las catástrofes.Por otro lado, en un estudio de Manassero y Vázquez (1995) sobre las atribuciones en relación con el éxito y el fracaso en una prueba de matemáticas, se observó que los alumnos que habían obtenido objetivamente un éxito y lo percibían como fracaso desarrollaban una actividad atributiva. Esto, tal vez debido a la desconfirmación de expectativas o a lo inesperado del acontecimiento, por ejemplo, para un estudiante un notable puede percibirse como un fracaso si se espera un sobresaliente.

Como hemos visto anteriormente, no es una realidad objetiva sino nuestra interpretación de esa realidad la que influye en nuestros pensamientos, sentimientos y conductas. También se puede considerar como una cierta anticipación de la conducta ajena, en función de la percepción que tenemos sobre ella.  Por lo tanto, los procesos atributivos son un conjunto de pasos y fenómenos cognitivos que conducen a la explicación de una determinada conducta

Tipos de atribución

• Autoatribución: atribuciones hechas sobre nuestro propio comportamiento.
• Heteroatribución: atribuciones sobre las conductas de otros.
• Controlabilidad: las causas de una conducta o de un hecho que están o no bajo nuestro control
• Estables: asignar siempre las mismas causas a esa conducta.
• Inestables: modificar las causas que explican una conducta.
• Internas: relacionadas con variables del propio actor
• Externas: relacionadas con factores situacionales externos al actor